Anatomía de la rodilla

La palabra artritis se refiere a la inflamación de las articulaciones[3][4] Los tipos de artritis incluyen desde los relacionados con el desgaste del cartílago, como la artrosis, hasta los asociados a la inflamación resultante de un sistema inmunitario hiperactivo (como la artritis reumatoide)[5][6].

No siempre se sabe con certeza por qué se desarrolla la artritis de la rodilla. [La rodilla puede verse afectada por casi cualquier forma de artritis, incluidas las relacionadas con daños mecánicos de las estructuras de la rodilla (osteoartritis y artritis postraumática), diversas formas autoinmunes de artritis (incluidas la artritis reumatoide, la artritis juvenil y la artritis relacionada con el LES, la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante), la artritis por causas infecciosas (incluida la artritis relacionada con la enfermedad de Lyme), la artritis gotosa o la artritis reactiva[2][1].

La rodilla es una de las articulaciones más afectadas por la artrosis[2]. El cartílago de la rodilla puede empezar a romperse tras un esfuerzo sostenido, dejando que los huesos de la rodilla se rocen entre sí y dando lugar a la artrosis[7]. Casi un tercio de los ciudadanos estadounidenses están afectados por la artrosis de rodilla a los 70 años[8].

Ejercicios para la artritis de rodilla

La artritis es la inflamación de una o varias articulaciones. El dolor, la hinchazón y la rigidez son los principales síntomas de la artritis. Esta enfermedad puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es especialmente frecuente en la rodilla.

La rodilla es la articulación más grande y fuerte del cuerpo. Está formada por el extremo inferior del fémur (hueso del muslo), el extremo superior de la tibia (hueso de la espinilla) y la rótula. Los extremos de los tres huesos que forman la articulación de la rodilla están cubiertos de cartílago articular, una sustancia lisa y resbaladiza que protege y amortigua los huesos al doblar y enderezar la rodilla.

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La artrosis es la forma más común de artritis en la rodilla. Es un tipo de artritis degenerativa, de “desgaste”, que se da con mayor frecuencia en personas de 50 años o más, aunque también puede darse en personas más jóvenes.

En la artrosis, el cartílago de la articulación de la rodilla se desgasta gradualmente. A medida que el cartílago se desgasta, se vuelve deshilachado y áspero, y el espacio de protección entre los huesos disminuye. Esto puede dar lugar a que el hueso roce con el hueso, y producir espolones óseos dolorosos.

Curación de la artrosis

La artrosis puede afectar a uno, dos o los tres compartimentos. La artrosis (a menudo abreviada como OA) es una forma de artritis y una enfermedad articular degenerativa que se caracteriza por la descomposición y eventual pérdida del cartílago articular. El cartílago es una sustancia proteica que sirve de amortiguador entre los huesos de una articulación. Con la osteoartritis, la capa superior del cartílago se rompe y se desgasta, lo que permite que los huesos situados debajo del cartílago se rocen.

Aunque se desconoce la causa fundamental de la artrosis, el riesgo de desarrollar una artrosis sintomática está influido por múltiples factores como la edad, el sexo y los rasgos hereditarios que pueden afectar a la forma y la estabilidad de las articulaciones.

Su médico comenzará revisando su historial médico y sus síntomas. Observará el movimiento natural de su rodilla, evaluará la alineación de las articulaciones de la rodilla y el tobillo y comprobará sus reflejos, la fuerza muscular, la amplitud de movimiento y la estabilidad de los ligamentos de la rodilla afectada. Su médico puede solicitar radiografías para determinar el grado de daño articular o óseo, la cantidad de cartílago que se ha perdido y si hay espolones óseos. Pueden solicitarse otras pruebas médicas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), para determinar exactamente dónde está el daño y su alcance. El médico también puede pedir análisis de sangre para descartar otras causas de los síntomas o solicitar una aspiración articular, que consiste en extraer líquido de la articulación a través de una aguja y examinarlo con un microscopio.

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Tratamiento de la artrosis de rodilla

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La edad media de diagnóstico es de 50,4 años. Cuando las rodillas gozan de buena salud, muestran un espacio articular entre el fémur y la tibia que está rellenado por los meniscos. Pero cuando la alineación de la rodilla no es óptima, el menisco se desgasta, provocando la fricción del hueso con el otro. Esta artrosis de rodilla se llama artrosis o gonartrosis.

La alineación también es un factor importante. Si la rodilla no está en su eje óptimo, la presión entre la tibia y el fémur aumenta, lo que acelera el desgaste del menisco. Así, una rodilla hacia dentro -valgo de rodilla- suele provocar un desgaste de la parte exterior de la articulación de la rodilla, mientras que una rodilla hacia fuera -varo- suele provocar un desgaste pronunciado de la parte interior de la rodilla.

Por Aroa Flores

Hola a todos, soy Aroa Flores y en mi blog personal te ofrezco diversas noticias de actualidad.