Síntomas de la cirrosis hepática

Las hepatitis B y C son infecciones que se pueden contraer al mantener relaciones sexuales sin protección o al compartir agujas para inyectarse drogas. Utilizar un preservativo durante las relaciones sexuales y no inyectarse drogas reducirá el riesgo de desarrollar hepatitis B y C.

También puedes notar cambios en tu personalidad, problemas para dormir (insomnio), pérdida de memoria, confusión y dificultad para concentrarte. Esto se conoce como encefalopatía y ocurre cuando las toxinas afectan al cerebro porque el hígado es incapaz de eliminarlas del organismo.

En las últimas fases de la cirrosis, puede vomitar sangre o tener heces negras y alquitranadas. Esto se debe a que la sangre no puede fluir correctamente por el hígado, lo que provoca un aumento de la presión sanguínea en la vena que lleva la sangre desde el intestino hasta el hígado (vena porta).

El aumento de la presión arterial obliga a la sangre a atravesar los vasos más pequeños y frágiles que recubren el estómago y el esófago (várices). Éstas pueden reventar por la alta presión sanguínea, provocando una hemorragia interna, visible en el vómito y/o las heces.

El hígado descompone las toxinas (venenos), como el alcohol, pero un exceso de alcohol puede cicatrizar y dañar las células del hígado. Se considera que los hombres y las mujeres que beben más de 14 unidades de alcohol a la semana beben demasiado.

Lanceta para la cirrosis hepática

La cirrosis es la cicatrización del hígado. El tejido cicatricial se forma a causa de una lesión o una enfermedad prolongada. El tejido cicatricial no puede hacer lo que hace el tejido hepático sano: producir proteínas, ayudar a combatir las infecciones, limpiar la sangre, ayudar a digerir los alimentos y almacenar energía. La cirrosis puede provocar :

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La cirrosis tiene muchas causas. En Estados Unidos, las causas más comunes son el alcoholismo crónico y la hepatitis. Nada hará desaparecer el tejido cicatricial, pero el tratamiento de la causa puede evitar que empeore. Si se forma demasiado tejido cicatricial, puede ser necesario considerar un trasplante de hígado.

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Mucha gente cree que sólo el consumo excesivo de alcohol provoca cirrosis hepática. Sin embargo, existen otras formas en las que el hígado puede resultar dañado y provocar una cirrosis. Dependiendo de la causa, la cirrosis puede desarrollarse durante meses o años. No hay cura. El tratamiento pretende detener el daño hepático, controlar los síntomas y reducir el riesgo de complicaciones, como diabetes, osteoporosis (huesos frágiles), cáncer de hígado e insuficiencia hepática. Síntomas de la cirrosis hepática Los síntomas dependen de la gravedad de la cirrosis, pero pueden ser: Causas de la cirrosis hepática Dos de las causas más conocidas de la cirrosis hepática son el consumo excesivo de alcohol a largo plazo y la infección por el virus de la hepatitis C. Sin embargo, hay otras afecciones que también pueden provocar daños en el hígado y cirrosis. De hecho, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (“hígado graso”) es la causa más común de enfermedad hepática crónica en Australia. Una pequeña proporción de pacientes con hígado graso también puede desarrollar cirrosis.    La infección por el virus de la hepatitis B es una causa importante de cirrosis en todo el mundo. Cirrosis hepática alcohólica El consumo excesivo y crónico de alcohol es la causa más común de cirrosis hepática. La cirrosis por consumo de alcohol puede desarrollarse a lo largo de muchos años.

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Cuánto tiempo puedo vivir con cirrosis hepática

El hígado es un órgano vital que realiza muchas funciones importantes. La cirrosis es una cicatrización permanente del hígado causada por una serie de enfermedades y trastornos hepáticos, como la hepatitis y el abuso del alcohol. Aunque es incurable, el diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden detener o retrasar su avance, minimizar los daños y reducir las complicaciones.

Si tiene cirrosis hepática, es importante que evite el consumo de alcohol para prevenir mayores daños en el hígado. Reduzca la sal y asegúrese de comer mucha fruta y verdura fresca, así como proteínas magras. Es una buena idea tomar comidas y tentempiés ricos en proteínas con frecuencia, cada 3 o 4 horas.

Para ayudar a prevenir la cirrosis, limite el consumo de alcohol a las cantidades diarias recomendadas y vacúnese contra la hepatitis B. Practique el sexo seguro y utilice prácticas seguras con las agujas (es decir, no comparta) para prevenir la infección por hepatitis.

Por Aroa Flores

Hola a todos, soy Aroa Flores y en mi blog personal te ofrezco diversas noticias de actualidad.