Fenómeno
CausaLos virus, las bacterias, los hongos o (en casos raros) los parásitos u otros organismos pueden causar neumonía. En las personas que tienen el sistema inmunitario deteriorado, la neumonía puede estar causada por otros organismos, incluidas algunas formas de hongos, como el Pneumocystis jiroveci (antes llamado Pneumocystis carinii). Este hongo suele causar neumonía en personas con SIDA. Algunos médicos pueden sugerir una prueba del VIH si creen que el Pneumocystis jiroveci está causando la neumonía. ¿Cómo se contrae la neumonía? Se puede contraer neumonía: La nariz y la garganta de una persona sana suelen contener bacterias o virus que causan neumonía. La neumonía puede desarrollarse cuando estos organismos se extienden a los pulmones mientras éstos son más propensos a infectarse. Ejemplos de momentos en los que esto puede ocurrir son durante o poco después de un resfriado o si tiene una enfermedad de larga duración (crónica), como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Puede contraer neumonía en su vida cotidiana, por ejemplo en la escuela o el trabajo (neumonía asociada a la comunidad) o cuando está en un hospital o residencia de ancianos (neumonía asociada a la asistencia sanitaria). El tratamiento puede ser diferente en el caso de la neumonía asociada a la asistencia sanitaria, porque las bacterias que causan la infección en los hospitales pueden ser diferentes de las que la causan en la comunidad. Este tema se centra en la neumonía asociada a la comunidad.
Neumonía deambulatoria
La neumonía es una infección en uno o ambos pulmones causada por bacterias, virus, hongos, reacciones alérgicas o irritantes químicos. Cuando estos gérmenes llegan a los pulmones, el sistema inmunitario envía células para atacarlos. Estas células hacen que los alvéolos (sacos de aire) se inflamen y se llenen de mucosidad y otros líquidos. Esto provoca dificultad para respirar, fiebre, tos y fatiga.
La neumonía es frecuente en Estados Unidos, y muchos casos pueden tratarse en casa con antibióticos. Los casos más graves, como la neumonía organizativa criptogénica (COP), requieren la atención de especialistas. La neumonía puede causar complicaciones graves, como insuficiencia respiratoria, síndrome de dificultad respiratoria aguda, sepsis y abscesos pulmonares, e incluso puede ser mortal.
Los neumólogos y cirujanos torácicos especializados en neumonía del Centro Pulmonar del Brigham and Women’s Hospital (BWH) proporcionan una atención integral y especializada a los pacientes que padecen neumonía. Su experiencia y colaboración con otros especialistas del BWH proporciona a los pacientes un diagnóstico altamente informado y un plan de tratamiento cohesivo.
Pautas para el tratamiento de la neumonía
Su médico puede realizar un examen físico y utilizar una radiografía de tórax, un TAC de tórax, una ecografía de tórax o una biopsia de pulmón con aguja para ayudar a diagnosticar su enfermedad. Su médico puede evaluar aún más su estado y la función pulmonar mediante una toracocentesis, la colocación de un tubo torácico o el drenaje de un absceso guiado por imagen.
La neumonía es una infección que provoca la inflamación de uno o ambos pulmones. Puede estar causada por un virus, una bacteria, un hongo u otros gérmenes. La infección suele adquirirse cuando una persona respira aire portador de gérmenes.
En ocasiones, la neumonía puede provocar complicaciones graves, como insuficiencia del sistema respiratorio, propagación de infecciones, líquido alrededor de los pulmones, abscesos o inflamación incontrolada en todo el cuerpo (sepsis). La enfermedad también puede ser mortal, por lo que es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan estos síntomas.
Su médico de cabecera comenzará preguntándole por su historial médico y sus síntomas. También le hará un examen físico para que el médico pueda escuchar sus pulmones. Para comprobar si tiene neumonía, el médico escuchará si hay sonidos anormales como crepitaciones, ruidos o sibilancias. Si el médico cree que puede tener neumonía, puede realizar una prueba de imagen para confirmar el diagnóstico.
Síntomas de la neumonía
La neumonía es una infección pulmonar. Suele estar causada por un virus o una bacteria. Estos gérmenes hacen que los sacos de aire de los pulmones se llenen de líquido (flema o mucosidad) (Imagen 1). Esto dificulta la respiración y hace que tu hijo tosa.
La neumonía se transmite a través de personas infectadas que llevan los gérmenes en gotas de líquido en la garganta, la nariz o la boca. La persona infectada tose los gérmenes en el aire. Su hijo respira los gérmenes o entra en contacto directo con la saliva o la mucosa de la persona infectada al tocar algo. Es posible contraer la neumonía de alguien que no sabe que está enfermo. La neumonía no se “contagia” por salir a la calle sin abrigo.
La neumonía se produce con mayor frecuencia durante los meses fríos, cuando los niños pasan la mayor parte del tiempo en el interior, en estrecho contacto con otras personas. Los niños menores de 2 años son los que corren mayor riesgo de padecer neumonía. Casi todos se recuperan completamente con la atención médica adecuada.
El médico suele diagnosticar la neumonía en función de la época del año y de los síntomas del niño, observando su respiración y escuchando sus pulmones. Para comprobar si se trata de una neumonía bacteriana, puede hacerse una radiografía de tórax, un análisis de sangre y otras pruebas.