Laparoscopia después de una cesárea

GF participó en el tratamiento de la paciente y escribió el informe del caso. EP participó en el manejo médico de la paciente. FF participó en el manejo quirúrgico de la paciente. SG llevó a cabo la cirugía plástica. ALV contribuyó a la caracterización por imagen. MVM realizó la caracterización por imágenes. IP realizó la inmunohistoquímica y contribuyó a la caracterización patológica. GS participó en el manejo del paciente y contribuyó a la redacción del manuscrito. GZ se encargó de la inmunohistoquímica y el diagnóstico patológico. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito final.

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Qué es peor la cesárea o la operación de vesícula

ComentarioLos últimos datos de los CDC de 2004 indican una tasa de cesáreas en Estados Unidos del 29,1%, frente al 20,7% de 1996, el año en que los autores mencionados empezaron a incluir datos en su estudio. Curiosamente, la tasa de PVDC en Estados Unidos en 1996 era del 28,3%, pero en 2004 sólo era del 9,2%. Aunque la preocupación por la rotura uterina fue la razón principal de este descenso, otros factores derivados han tenido un efecto importante en la tendencia, como los factores de litigio, la incomodidad de la paciente, el miedo al parto y la incomodidad del proveedor basada en la advertencia del ACOG de que debe estar “inmediatamente disponible” para todos los partos PVDC.4,5 Este amplio estudio habla por sí mismo. El riesgo de rotura uterina en aquellas que han tenido una sección previa es de aproximadamente el 1% y el riesgo es de aproximadamente el 2% en aquellas que han tenido dos o más secciones previas. Y lo que es más importante, las que han tenido una sección previa y un parto vaginal anterior tienen un 99,5% de probabilidades de no sufrir una rotura, un riesgo que supongo que casi todas las mujeres comprometidas con un parto vaginal asumirían, si se lo permitiéramos.Referencias

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Tie tubes

El carcinoma de células claras (CCC) del tracto genital femenino suele localizarse en el ovario o en el endometrio. Su localización dentro de una cicatriz de la pared abdominal es extremadamente rara, y su patogénesis suele estar relacionada con la transformación maligna de la endometriosis, que se desarrolla tras una histerectomía o una cesárea (1, 2). Presentamos un caso de una mujer que desarrolló un CCC de la pared abdominal 16 años después de una cesárea, y describimos las características histológicas, inmunohistoquímicas y moleculares. Aunque los criterios diagnósticos están bien definidos, este diagnóstico puede ser difícil y requiere una amplia toma de muestras de la lesión, especialmente cuando predominan las glándulas de aspecto quístico y benigno.

Figura 2. Imágenes histológicas del tumor. Carcinoma con arquitectura papilar y túbulo-quística. Las células presentan un citoplasma claro y eosinófilo y núcleos hipercromáticos con atipia leve a moderada (flecha) (A; H&E, 5x). Quistes dilatados revestidos por células aplanadas con núcleos de aspecto benigno entremezclados con papilas atípicas (flecha) (B; H&E, 10x). Pequeños grupos ocasionales de células claras (flecha) (C; H&E, 10x). Glándulas infiltrantes irregulares con estroma fibroso denso (flecha) (D; H&E, 10x).

Problema de la vesícula biliar después de una cesárea

que afectaba al músculo recto abdominal anterior derecho e izquierdo. La lesión afectaba, pero no invadía, el periostio del pubis sin infiltración de la cavidad peritoneal ni de la vejiga. Además, había indicios de afectación sospechosa de los ganglios linfáticos de ambas cadenas ilíacas externas, que medían hasta

. El útero y los ovarios no presentaban ninguna anomalía. El TAC de tórax, abdomen y pelvis no mostró ninguna evidencia de aumento de tamaño de los ganglios linfáticos retroperitoneales ni de otras localizaciones de sospecha de metástasis (Figura 1).Figura 1 Resonancia magnética pélvica que muestra una gran lesión sólida e infiltrativa que se extiende desde la pared abdominal, infiltrando profundamente el músculo recto abdominal y el tejido subcutáneo que se extiende hasta la grasa preperitoneal. El componente tumoral es predominantemente sólido y vascularizado con focos hemáticos. Además, se observan amplios aumentos de los ganglios linfáticos ilíacos. (A) Plano sagital, ponderado en T2. (B) Plano coronal, ponderado en T2. (C) Ganglio linfático agrandado situado en la fosa obturadora izquierda con sospechosa afectación neoplásica (flecha). La paciente fue sometida a una biopsia incisional de la masa de la pared abdominal. Se realizó una sección congelada para conseguir una muestra de tejido adecuada y representativa.Dr Carvalho

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Por Aroa Flores

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