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La “motricidad fina” se refiere a los movimientos que realizamos con los pequeños músculos de las manos. Los niños empiezan a utilizar las manos desde que nacen para explorar su propio cuerpo y el mundo que les rodea. Su motricidad fina se desarrolla a medida que todo su cuerpo empieza a moverse y a ser más estable. También aprenden a hacer más cosas con las manos a medida que mejoran sus habilidades cognitivas y sociales/emocionales.
Si notas algunas de las siguientes cosas en tu hijo cuando tenga 18 meses, quizá quieras hablar con tu médico o con otro profesional de la salud, como un terapeuta ocupacional o un fisioterapeuta.
Si a los 2 años de edad nota algunas de las siguientes cosas en su hijo, tal vez quiera hablar con su médico o con otro profesional de la salud, como un terapeuta ocupacional o un fisioterapeuta.
Motricidad fina 18 meses
Dale a tu nieto unas esponjas empapadas para que juegue fuera. Deja que lave su triciclo, el buzón o incluso que estampe formas de esponja mojada en la acera. Muéstrale cómo puede apretar la esponja para que salga el agua: esto desarrolla las habilidades físicas de sus manos y dedos. Los trabajos “importantes”, como lavar un triciclo o un muñeco, ayudan a los niños a sentirse seguros de sí mismos y a ser miembros útiles de la familia. Como en todas las actividades acuáticas, es fundamental supervisar a los niños cuidadosamente mientras juegan.
Dele a su nieto una pequeña cesta y llévelo a dar un paseo por su barrio o por un parque o escuela local. Vea si quiere recoger hojas y otros “tesoros” y ponerlos en su cesta. Se sorprenderá de lo mucho que le gustará a su hijo caminar recogiendo una hoja tras otra para su colección. Esta actividad desarrolla la motricidad gruesa (músculos grandes) y la motricidad fina (músculos pequeños) a medida que los niños caminan, se ponen en cuclillas y recogen sus descubrimientos.
Ponga música y anime a su nieto a bailar o moverse de la forma que quiera. A continuación, indíquele que pare cuando termine la música. Este tipo de actividad fomenta la capacidad de escucha y la autorregulación mientras practica cómo parar y empezar. (Esta es una habilidad muy útil para cuando vaya al colegio y tenga que seguir muchas indicaciones).
Actividades de motricidad fina para niños de 18 a 24 meses
Esta será una época de enorme desarrollo para tu hijo. Puede que siga menos los plazos, pero estará desarrollando nuevas y emocionantes habilidades todo el tiempo. Será muy importante supervisarles, ya que es fácil que se caigan cuando se ponen de pie, caminan y exploran más, y porque les gusta meterse cosas en la boca.
Dale a tu hijo tiempo al aire libre. Deje que corra y juegue. Entrar y salir de las cajas es uno de sus juegos favoritos. Recuerde vigilarles de cerca cuando estén fuera: ¡pueden moverse muy rápido cuando quieren! Dale a tu hijo un papel grande y un lápiz de colores grande y permítele hacer garabatos. Trabaje con ellos para resolver rompecabezas sencillos que sólo tengan unas pocas piezas grandes. Deja que coja las piezas y guíe su mano mientras las coloca.
Desarrollo cognitivo 18 meses
Generalmente consideradas como el movimiento y el uso de las manos y las extremidades superiores, las habilidades motoras finas incluyen alcanzar, agarrar y manipular objetos con las manos. La motricidad fina también implica la visión, concretamente la motricidad visual, a menudo denominada coordinación mano-ojo. La motricidad visual es necesaria para coordinar las manos, las piernas y el resto del cuerpo.
La diferencia entre la motricidad gruesa y la fina radica en los músculos que se utilizan. La motricidad gruesa se refiere a los músculos grandes y la motricidad fina a los más pequeños. Los bebés y los niños pequeños necesitan mucho tiempo de juego y práctica para desarrollar los músculos pequeños necesarios para la motricidad fina. Más información sobre todos los hitos del desarrollo según la edad.
Un bebé de 3 a 6 meses aprende a empujar sobre los codos en posición prona y, con el tiempo, es capaz de empujar sobre las manos. Estas actividades son el inicio de la estabilidad de los hombros y el desarrollo del arco de las manos, que se utilizan más adelante para actividades de fuerza y coordinación, como lanzar una pelota, o actividades de precisión, como escribir con un lápiz.