¿Con qué frecuencia debo extraer la leche durante la lactancia?
Para aquellas mamás que quieran tener a mano algo de leche materna extraída para poder compartir algunas de las tomas o quieran poder salir sin su bebé, es una buena idea empezar a extraerse alrededor de las 6-8 semanas como mínimo…
Antes de las primeras 6 semanas, tú y tu bebé estáis aprendiendo a empezar bien la lactancia materna, así que es mejor no complicar demasiado las cosas aprendiendo a empezar a extraer la leche además de todo lo demás por el momento.
Por supuesto, hay algunas mamás a las que se les ha aconsejado que se extraigan leche en las primeras semanas después del parto. Sin embargo, esto suele deberse a las dificultades de la lactancia. Tu matrona o asesora de lactancia te aconsejará si es necesario. Si no es así, espere y siéntase cómoda y segura con la lactancia de su bebé al principio.
Intenta extraer la leche en medio del sueño más largo de tu bebé. De este modo, tus pechos habrán tenido algo de tiempo para volver a llenarse después de la toma en grupo y también habrá tiempo antes de la siguiente toma de tu bebé para que los pechos vuelvan a llenarse.
¿Con qué frecuencia debo extraer la leche para el recién nacido?
Puede que te resulte más fácil extraer la leche materna si te encuentras en un lugar cómodo y privado. Ponte cómoda, relájate y ten a mano un vaso de agua para beber. También debes disponer de mucho tiempo, sobre todo cuando estés aprendiendo a extraer la leche.
Los sacaleches eléctricos son prácticamente iguales a los sacaleches manuales, pero no tienes que hacer tú la extracción. Puedes comprar o alquilar sacaleches eléctricos. Algunas tiendas y farmacias los alquilan, pero tendrás que comprar tu propio kit de extracción para acoplarlo al sacaleches eléctrico. En algunos lugares de Nueva Zelanda, las Juntas de Salud de Distrito prestan sacaleches para los bebés con cuidados especiales, y algunas ofrecen un servicio de alquiler de sacaleches de calidad hospitalaria.
Lo mejor es extraer la leche directamente en un recipiente de plástico esterilizado, o bien guardar la leche materna en un recipiente limpio y cerrado o en una bolsa especial de almacenamiento de leche materna. Es conveniente almacenar la leche en pequeñas cantidades. Las bandejas de cubitos de hielo con tapa son buenas porque se descongelan fácilmente. Asegúrate de etiquetar la leche con la fecha de extracción y de indicar que es leche extraída para que no se confunda con otra cosa. Pautas para el almacenamiento de la leche:
Extracción de leche materna
Si te extraes leche en casa para aumentar tu producción y tu reserva de leche, una vez al día es suficiente. El objetivo es no volverte loca. Una vez que vuelvas al trabajo, la práctica habitual es extraer una vez por cada toma perdida. Para la mayoría de las madres, esto supone unas tres sesiones de extracción en una jornada laboral típica de ocho horas. Puede parecer mucho, sobre todo cuando también estás tratando de hacer un trabajo. Por lo tanto, si no puedes darles cabida a todos, diseña un plan que te funcione. Por ejemplo, exprésate al levantarte, antes del trabajo, después de que tu bebé se acueste o durante la noche.
La mano que amamanta
Extraer la leche significa lo mismo que sacarse leche. Es una forma de extraer la leche de los pechos sin que el bebé tenga que ser amamantado directamente (NHS Choices, 2014). Se puede hacer con las manos, con un sacaleches manual o con un sacaleches eléctrico.
Utilizar la leche extraída puede ser útil para las mujeres por muchas razones diferentes. Algunas lo hacen porque tienen bebés que no pueden alimentarse. Otras porque quieren permitir que su pareja u otros miembros de la familia participen en la alimentación. Otras lo encuentran útil en los primeros días por comodidad. Por ejemplo, si el bebé no se alimenta eficazmente, o si el intervalo entre las tomas es muy largo y le hace sentirse incómodo, lleno o congestionado.
En absoluto. Sólo hazlo si es algo que funciona para ti y para tu bebé. Si decides extraer la leche, puede ser útil esperar hasta que tú y tu bebé tengáis el hábito de amamantar. A algunas mujeres les resulta útil intentarlo entre las tres y las seis semanas, ya que para entonces suelen haber resuelto los problemas de los primeros días. No hay pruebas que sugieran que haya un momento “óptimo” para ver si tu bebé toma el biberón.