La anemia hemolítica es una forma de cáncer

La anemia hemolítica inmunomediada (IMHA) es una enfermedad grave y potencialmente mortal que afecta tanto a perros como a gatos. En esencia, significa que el sistema inmunitario de su mascota, que suele luchar contra los invasores y las infecciones, está ahora luchando contra los propios glóbulos rojos de su mascota. El resultado es la destrucción de los glóbulos rojos, lo que provoca anemia, así como inflamación (daño) en todo el cuerpo de su mascota.

La IMHA es una enfermedad que se registra en pequeños animales desde hace más de 80 años, pero desgraciadamente todavía no disponemos de un tratamiento perfecto para esta enfermedad.  No obstante, en la actualidad existen muchos fármacos y opciones de tratamiento nuevas para su mascota, lo que significa que tiene muchas más posibilidades de sobrevivir que antes. Con un tratamiento cuidadoso, hasta el 75% de los perros con IMHA pueden recuperarse completamente y llevar una vida normal.

Los signos de la IMHA pueden incluir colapso, debilidad, aumento de la frecuencia respiratoria y encías amarillas o pálidas.  Algunos perros también presentan orina roja o negra. Muchos perros tienen fiebre y la mayoría se sienten mal, con poco apetito o incluso vómitos.

Signos y síntomas de la anemia hemolítica

Las anemias hemolíticas intrínsecas son condiciones genéticas con las que se nace. Se denominan anemias hemolíticas congénitas. Hay muchos tipos de anemias hemolíticas congénitas. Entre ellas se encuentran la anemia falciforme, la esferocitosis hereditaria, la deficiencia de piruvato quinasa y la deficiencia de G6PD.

Las anemias hemolíticas extrínsecas se producen después del nacimiento. Están causadas por problemas inmunitarios, medicamentos y otros factores. La forma extrínseca más común es la anemia hemolítica autoinmune. Esto ocurre cuando el sistema inmunitario de su cuerpo se confunde y produce anticuerpos que atacan a sus propias células sanguíneas. Cuando el cuerpo ataca a sus propias células se denomina “autoinmune”. En la anemia hemolítica autoinmune, el sistema inmunitario de su cuerpo piensa que sus propias células sanguíneas son “extrañas” a su cuerpo. Su sistema apunta a estas células sanguíneas para que sean destruidas y eliminadas por el bazo. No siempre se conoce la causa exacta, pero puede ser provocada por una enfermedad vírica o por las vacunas. Este proceso puede ser muy rápido. Puede dar lugar a recuentos sanguíneos bajos y a la necesidad de una estancia en el hospital. Puede ser necesaria una transfusión de sangre. La anemia hemolítica autoinmune se trata con medicamentos como los esteroides. Los esteroides disminuyen la intensidad del sistema inmunitario. El tratamiento a menudo debe continuar durante mucho tiempo hasta que el sistema inmunológico deje de destruir las células sanguíneas.Signos y síntomas de la anemia hemolíticaHay dos causas principales de los síntomas de la anemia hemolítica. Uno de los síntomas se debe a la anemia (recuentos sanguíneos bajos). Los otros síntomas son el resultado de la descomposición de los glóbulos rojos en el torrente sanguíneo y en el cuerpo. Estos síntomas no son específicos de la anemia hemolítica. Es importante saber que puede haber otras causas para estos síntomas. Es fundamental consultar siempre a un médico para obtener un diagnóstico adecuado.

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Cuál es la causa más común de la anemia hemolítica

Los glóbulos rojos transportan oxígeno a todas las partes del cuerpo. Si tiene una cantidad de glóbulos rojos inferior a la normal, tiene anemia. Cuando tienes anemia, tu sangre no puede llevar suficiente oxígeno a todos tus tejidos y órganos. Sin suficiente oxígeno, tu cuerpo no puede funcionar tan bien como debería.

En el caso del tipo hereditario, los padres transmiten los genes de la enfermedad a sus hijos. Dos causas comunes de este tipo de anemia son la anemia de células falciformes y la talasemia. Estas enfermedades producen glóbulos rojos que no viven tanto como los normales.

Trabaje con su proveedor de atención médica para reducir el riesgo de descomposición de los glóbulos rojos y el riesgo de infecciones. Por ejemplo, el frío suele desencadenar la descomposición de los glóbulos rojos. Para protegerse, evite el frío, lleve ropa de abrigo y mantenga su casa más caliente.

Anemia hemolítica amboss

Los glóbulos rojos se desarrollan en la médula ósea, que es el tejido esponjoso del interior de los huesos. Normalmente, el organismo destruye los glóbulos rojos viejos o defectuosos en el bazo o en otras partes del cuerpo mediante un proceso denominado hemólisis. La anemia hemolítica se produce cuando el número de glóbulos rojos es bajo debido a un exceso de hemólisis en el organismo.

Hay muchos tipos de anemia hemolítica, que los médicos diagnostican en función de la causa subyacente de su anemia. Ciertas condiciones pueden hacer que la hemólisis se produzca demasiado rápido o demasiado a menudo. Las condiciones que pueden conducir a la anemia hemolítica incluyen trastornos sanguíneos hereditarios como la anemia de células falciformes o la talasemia, trastornos autoinmunes, insuficiencia de la médula ósea o infecciones. Algunos medicamentos o efectos secundarios de las transfusiones de sangre pueden causar anemia hemolítica.

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La anemia hemolítica puede desarrollarse repentina o lentamente, y puede ser leve o grave. Los signos y síntomas pueden incluir Fatiga, mareos, palpitaciones, piel pálida, dolor de cabeza, confusión, ictericia y un bazo o hígado más grande de lo normal. La anemia hemolítica grave puede causar escalofríos, fiebre, dolor en la espalda y el abdomen o shock. La anemia hemolítica grave que no se trata o controla puede provocar complicaciones graves, como ritmos cardíacos irregulares denominados arritmias; cardiomiopatía, en la que el corazón crece más de lo normal; o insuficiencia cardíaca.

Por Aroa Flores

Hola a todos, soy Aroa Flores y en mi blog personal te ofrezco diversas noticias de actualidad.