Tratamiento del reumatismo

La gente ha temido durante mucho tiempo la artritis reumatoide (comúnmente llamada AR) como uno de los tipos de artritis más incapacitantes. La buena noticia es que el panorama ha mejorado mucho para muchas personas con AR recién diagnosticada (detectada). Por supuesto, la AR sigue siendo una enfermedad grave, que puede variar mucho en cuanto a síntomas (lo que se siente) y resultados. Aun así, los avances en el tratamiento han permitido detener o al menos ralentizar la progresión (el empeoramiento) del daño articular. Los reumatólogos disponen ahora de muchos tratamientos nuevos dirigidos a la inflamación que provoca la AR. También entienden mejor cuándo y cómo utilizar los tratamientos para obtener los mejores efectos.

La AR es la forma más común de artritis autoinmune. Afecta a más de 1,3 millones de estadounidenses. Alrededor del 75% de los pacientes con AR son mujeres. De hecho, entre el 1 y el 3% de las mujeres pueden padecer artritis reumatoide a lo largo de su vida. La enfermedad suele comenzar entre los 30 y los 50 años. Sin embargo, la AR puede comenzar a cualquier edad.

La AR es una enfermedad crónica que causa dolor en las articulaciones, rigidez, hinchazón y disminución del movimiento de las articulaciones. Las articulaciones pequeñas de las manos y los pies son las más afectadas. A veces la AR puede afectar a los órganos, como los ojos, la piel o los pulmones.

Reumatismo deutsch

La artritis reumatoide afecta a unos 1,3 millones de adultos en Estados Unidos. Se calcula que en todo el mundo afecta hasta al 1% de la población. La enfermedad es de dos a tres veces más frecuente en las mujeres que en los hombres, lo que puede estar relacionado con factores hormonales.

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El patrón de herencia de la artritis reumatoide no está claro, ya que parecen intervenir muchos factores genéticos y ambientales. Sin embargo, tener un pariente cercano con artritis reumatoide probablemente aumenta el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad.

Diagnóstico de la artritis reumatoide

La artritis reumatoide tiene una distribución mundial con una prevalencia estimada del 1 al 2%. La prevalencia aumenta con la edad, acercándose al 5% en las mujeres mayores de 55 años. La incidencia media anual en Estados Unidos es de unos 70 por cada 100.000 habitantes. Tanto la incidencia como la prevalencia de la artritis reumatoide son de dos a tres veces mayores en las mujeres que en los hombres. Aunque la artritis reumatoide puede presentarse a cualquier edad, los pacientes suelen verse afectados por primera vez entre la tercera y la sexta décadas.

El caso típico de artritis reumatoide comienza de forma insidiosa, con un desarrollo lento de los signos y síntomas durante semanas o meses. A menudo, el paciente nota por primera vez rigidez en una o más articulaciones, normalmente acompañada de dolor al moverse y de sensibilidad en la articulación. El número de articulaciones afectadas es muy variable, pero casi siempre el proceso es finalmente poliarticular, afectando a cinco o más articulaciones.    Ocasionalmente, los pacientes experimentan un inicio poliarticular explosivo que se produce en 24 a 48 horas.    Otro patrón es una presentación palindrómica, en la que los pacientes describen una inflamación en una o dos articulaciones que puede durar de unos días a semanas y luego desaparecer por completo, para volver más tarde en la misma o en otras articulaciones, con un patrón que aumenta con el tiempo.

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Síntoma de artritis

La artritis reumatoide (AR) afecta a 1,3 millones de estadounidenses y es tres veces más frecuente en las mujeres. Aunque la AR comparte síntomas con otras enfermedades, si experimenta alguno de estos signos de advertencia, hable con su médico.

La sensibilidad o el dolor de las articulaciones es uno de los síntomas más comunes entre los pacientes con AR. Aunque hay otros trastornos que pueden causarlo, el dolor asociado a la artritis reumatoide “suele ser simétrico, por lo que afectará a ambas manos y a ambas muñecas”, según el Dr. Gordon.

La rigidez matutina, que puede durar de treinta minutos a dos horas, es otro problema citado con frecuencia. Aunque el síntoma puede confundirse a veces con una lesión, es importante consultar a un reumatólogo si el dolor es inexplicable.

Las manos, las muñecas o los pies hinchados pueden ser un signo de la inflamación que se produce con la AR. “Puede aumentar de tamaño y puede haber líquido en el propio espacio articular. También se puede ver líquido en las rodillas y los tobillos”, dice Gordon.

Sentirse cansado o agotado puede estar causado por muchas enfermedades crónicas, pero cuando se considera en el contexto de otros síntomas, la fatiga entre los pacientes con artritis reumatoide puede ser abrumadora y puede ser la razón por la que muchos acaban acudiendo al médico.

Por Aroa Flores

Hola a todos, soy Aroa Flores y en mi blog personal te ofrezco diversas noticias de actualidad.