Quiste renal

En sus primeras fases, el cáncer de hígado puede no mostrar ningún signo o síntoma aparente. Sin embargo, con el tiempo, a medida que el tumor en el hígado crece, el paciente puede verlo o sentirlo. O un médico puede verlo o sentirlo durante una revisión. En ese momento, el cáncer puede estar avanzado y ser más difícil de tratar.

Los síntomas del cáncer de hígado pueden ser diferentes para cada persona, y cualquiera de estos síntomas puede ser causado por otras condiciones. Además, si bien es cierto que los síntomas del cáncer de hígado son más frecuentes en las últimas fases, algunos pacientes los desarrollan antes.

Muchos de estos síntomas pueden estar causados por otros tipos de infecciones o enfermedades hepáticas benignas. En el caso del cáncer de hígado, los síntomas pueden seguir evolucionando y empeorar a medida que el tumor crece y la enfermedad avanza. Si el paciente nota los posibles síntomas, es importante que acuda al médico para obtener un diagnóstico preciso.

En raras ocasiones, pueden desarrollarse otros trastornos como consecuencia del cáncer de hígado, especialmente en las primeras fases de la enfermedad. Los síndromes paraneoplásicos provocan síntomas en otras partes del cuerpo. El conocimiento de estos síntomas puede ayudar a diagnosticar el cáncer de hígado. Algunos síndromes paraneoplásicos relacionados con el cáncer de hígado son

Tumores hepáticos benignos

Los tumores hepáticos benignos (no cancerosos) son frecuentes. No se extienden a otras zonas del cuerpo y no suelen suponer un riesgo grave para la salud. De hecho, en la mayoría de los casos, los tumores hepáticos benignos no se diagnostican porque no causan síntomas. Cuando se detectan, suele ser porque la persona se ha sometido a pruebas médicas de imagen, como una ecografía, un TAC o una resonancia magnética, por otra afección.

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Los hemangiomas, la forma más común de tumores hepáticos benignos, son masas de vasos sanguíneos anormales. Hasta el 5% de los adultos de Estados Unidos pueden tener pequeños hemangiomas en el hígado. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollarlos. Por lo general, estos tumores benignos no producen síntomas y no necesitan ser tratados. Cuando se producen síntomas, suelen estar causados por el tamaño del tumor y/o la proximidad a otros órganos. En estos casos, puede estar indicada la intervención quirúrgica.

Las Hiperplasias Nodulares Focales o FNH, son la segunda forma más común de tumores hepáticos benignos. Estos tumores no causan síntomas ni requieren tratamiento. Suelen aparecer en mujeres de entre 20 y 30 años. Al igual que otras formas de tumores hepáticos benignos, generalmente se descubren durante las pruebas de imagen de otras enfermedades. En casos muy raros, si son grandes o causan dolor, puede recomendarse su extirpación quirúrgica.

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Los tumores no cancerosos (benignos) son bastante comunes y no suelen producir síntomas. A menudo, no se diagnostican hasta que se realiza una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Existen varios tipos de tumores hepáticos benignos, entre ellos los siguientes:

Los tumores cancerosos (malignos) en el hígado se han originado en el hígado (cáncer primario de hígado) o se han extendido desde lugares con cáncer en otras partes del cuerpo (cáncer de hígado metastásico). La mayoría de los tumores cancerosos del hígado son metastásicos.

También llamado carcinoma hepatocelular, es la forma más común de cáncer primario de hígado. La infección crónica por hepatitis B y C aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Otras causas son ciertas sustancias químicas, el alcoholismo y la cirrosis hepática crónica.

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Quiste hepático radiopaedia

Los signos y síntomas del cáncer de hígado suelen ser el resultado de un daño hepático y pueden incluir una coloración amarillenta de la piel (ictericia), dolor abdominal u omoplato en el lado derecho, o un bulto en la parte superior derecha del abdomen. Sin embargo, muchos de los signos de alerta son inespecíficos, como la pérdida de peso y la fatiga.

A veces las complicaciones del cáncer de hígado, como la obstrucción de las vías biliares, la anemia o las hemorragias, son los primeros síntomas. Dado que no existe una prueba de detección del cáncer de hígado, conocer los posibles signos y síntomas es la única manera de detectar la enfermedad a tiempo.

Es importante diferenciar brevemente el cáncer de hígado primario -el que se origina en el hígado- de las metástasis hepáticas, que son la propagación del cáncer (de mama o de pulmón, por ejemplo) desde otra región del cuerpo al hígado. El cáncer de hígado suele ser un único tumor de gran tamaño, mientras que las metástasis (diseminaciones) suelen ser pequeñas y múltiples.

Los síntomas son similares para el carcinoma hepatocelular (cáncer de hígado) y el colangiocarcinoma (cáncer de vías biliares), pero los cánceres de vías biliares tienden a causar síntomas de obstrucción (como la ictericia) antes que muchos cánceres de hígado.

Por Aroa Flores

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